La jornada 6 de la Premier arrancó ayer con el partido de la jornada. Un Tottenham vs Chelsea imperdible por muchos alicientes. Segundo contra tercero. Ningún equipo quiere dejar que el Arsenal se escape en solitario y que juega más tarde contra el 'Spanish' Swansea. Además es un Vilas-Boas contra Mourinho. Alumno contra profesor, discípulo contra maestro.
Cuando André Vilas-Boas apareció en la escena internacional y ganó la UEL con el Oporto, las comparaciones eran inevitables. Se le llamó el 'Nuevo Mou'. Se pensó que era la herencia de Mourinho hasta el punto de que sin más aval que una UEL lo ficha el Chelsea sin perder un minuto. Descubrimos a una persona mucho más comedida en rueda de prensa pero más novel y dubitativo a la hora de entrenar. No triunfa en los 'Blues' y su estancia en el banquillo duró menos que un caramelo en la puerta de un colegio.
Con su fichaje por los Spurs vimos a un entrenador distinto. Un entrenador con un estilo vertical muy determinado y con la suficiente paciencia como para ponerlo en práctica. Un entrenador que está devolviendo las sonrisas a los aficionados de los Spurs. Aficionados que empiezan a olvidar a Harry Redknapp y a adorar al técnico portugués.
El joven técnico portugués estalló el año pasado tras las continuas comparaciones con su antecesor en Oporto y Chelsea. André dijo que no era como Mourinho ni quería serlo. Pues muy distintos no son. Sabemos que André se refería principalmente al fútbol como explicó mas tarde, pero creemos que es de bien nacidos ser agradecidos, y André no sería entrenador de la Premier sin Mourinho. Tras las salidas de jugadores como Modric, Parker y Bale, el Tottenham ha ingresado un dinero con el que ha construido un equipo fortísimo. Quizá sea el bloque más competitivo de los últimos años.
Y en estas estamos antes del partido. Un Chelsea que ve como sus máximos rivales se hunden en la tabla y un Tottenham que no quiere dejar en solitario a sus vecinos del Arsenal. Dos estilos paecidos pero no iguales. El fútbol de los Spurs tiene un punto de locura que el del Chelsea no. Este punto de desequilibrio del Tottenham es muy sutil pero suficientemente apreciable. Es un punto que favorece la individualidad. Favorece el ganar partidos sin estar obligado a controlar el partido o a tus jugadores. Control que persigue el Chelsea como piedra angular de su fútbol. Nadie se desentiende de su obligación. Todo el mundo trabaja y corre. Un esquema invariable que bascula por el campo como un acordeón pero igual de vertical y salvaje en ataque como el de los Spurs. Se avecina partidazo. Ambos equipos son capaces de plantarse delante del portero contrario con tres toques.
El partido se desarrolla como era de esperar, los errores son los que marcan el partido. Un error táctico, un marcar al hombre equivocado y el susto te lo llevas. 12 remates de los Spurs contra 11 del Chelsea, el partido fue trepidante. Sigurdsson y el incombustible Terry hicieron los goles. La nota negativa la puso Torres. Tenía la confianza del míster y fue expulsado en el 81' por una niñería. Puede que fuese un poco rigurosa, pero con tarjeta amarilla no puedes ir como fue el español con el codo por delante. Es jugársela aunque no impactes.
1-1 final. Se mantienen los dos puntos de ventaja a favor de los Spurs pero el Arsenal se escapa en solitario. Ambos equipos nos gustaron mucho y esperemos que sigan en esta línea porque son dos equipazos de mucho nivel. Los demás van a tener que espabilar, sobre todo los equipos de Manchester.
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