sábado, 14 de septiembre de 2013

SUNDERLAND 1 - ARSENAL 3. TRAS LA TEMPESTAD, LLEGÓ EL DEBUT



El escenario estaba preparado para el debut del nuevo dorsal número 11 del Arsenal. Y es que Mesut Özil, por fin, pudo hacer lo que mejor sabe. Jugar al fútbol. Sin más. Sin rumores, sin cantidades, sin preguntas. Sólo fútbol. Y vaya si lo hizo. 

Durante la primera parte parte ha dado un auténtico recital de como se dirige el ataque de un equipo. Con germánica precisión, tiró un desmarque hacia la banda izquierda y, con dos toques, control espectacular pinchando el balón y pase al hueco según caía, le puso el balón a Giroud para que definiese de un modo perfecto (no fue empujarla, el portero estaba ahí, había que batirlo), al primer toque. A partir de ahí, el control del balón ha sido del Arsenal en todo momento. Errores puntuales de la defensa 'Gunner' provocaron situaciones en las que el Sunderland pudo haber dado algún que otro susto; pero las llegadas de los de Wenger daban una sensación de superioridad (en cuanto a toque y disposición táctica) apabullante. 

Tanto es así que, aunque el equipo que entrena Paolo Di Canio consiguió empatar el partido nada más empezar la segunda parte -mediante un claro penalti cometido por Koscielny- , la sensación seguía siendo de que, si no ocurría nada raro, el Arsenal se acabaría llevando la victoria. Y así fue como, en el minuto 66' de partido, con un fuerte (muy fuerte) centro de Jenkinson, llegó el balón a Ramsey que se sacó una genial volea desde la frontal del área que, si bien es cierto que no entró por la escuadra (incluso parece que Westwood pudo hacer algo más); la fuerza del pase junto con la colocación del cuerpo le dan un nivel de dificultad al gol muy considerable. Poco después, una 'ley de la ventaja' no aplicada sobre Jozy Altidore acabó con un gol de éste anulado por falta anterior de Sagna. Error de bulto del árbitro. Desde aquí, nada más hasta el minuto 75' en el que, otra vez Ramsey, tras una combinación 'marca de la casa' del Arsenal, batió por abajo a Westwood haciendo el definitivo 1-3. Después, se sentaron Özil (ovacionado), Walcott y Giroud (tocado) para dejar su sitio a Vermaelen, Monreal y Akpom, respectivamente. Y sin más que reseñar, acabó el partido. Salvo la duda de si Di Canio fue expulsado en una disputa verbal con el árbitro. La realización no tuvo a bien mostrarnos si, lo que parecía que era una roja clara (dado que Di Canio terminó de ver el partido desde el túnel de vestuarios), fue tal. Tampoco estaríamos hablando de nada nuevo o sorprendente dado el historial y la fama del técnico italiano.

En cualquier caso, y para finalizar, el Arsenal nos dejó muy buenas sensaciones, salvo por el hecho de acabar el partido con seis defensas en un partido que ganan 1-3. Por más que lo intentamos, nosotros no lo entendemos. Özil está en un equipo y en una liga dónde se puede sentir el mejor. En cuanto se adapte del todo, es muy probable que todo el Arsenal gire en torno a él.

El Sunderland, con sus debilidades (empezando por la inestabilidad de carácter de su entrenador), ha enseñado sus cartas, y ha demostrado que, con jugadores como Adam Johnson, Jozy Altidore, Borini o Gardner, es un claro candidato a ser ese equipo al que los grandes temen visitar debido a que tiene pinta de ser, éste año, ese equipo dónde los grandes pinchan. Pelea mucho, sale bien a la contra, y busca sacar petróleo de los errores rivales.

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