El fin de semana pasado pudimos ver un partidazo entre el Newcastle y el Liverpool. Y en el que pudimos ver porque la estrella uruguaya, nos podrá gustar más o menos, pero es el punto de cordura y lógica que necesitaba el ataque red. Por irónico que parezca.
Desde que empezó la temporada venimos diciendo que, si esperáis ver al decepcionante Liverpool de años atrás, estáis muy equivocados. Porque este equipo no va a ganar la Champions (entre otras cosas, porque no participa), pero tiene jugadores como para evitar la indiferencia causada durante las últimas temporadas. No vamos a describir de nuevo el sistema de juego ni las características, con vicios y virtudes, de esta plantilla, pero como avisamos en el post dedicado a este club, la presencia de Luis Suárez es un salto de calidad muy interesante. Desde aquí, quisimos centrar nuestra atención en la actuación del '7' red y no nos defraudó en absoluto. Pudimos ver a un jugador muy luchador, combinativo, y siendo el 'pegamento' de una delantera en la que parecía que cada uno iba a hacer su guerra. Aunque se estaban haciendo buenos partidos y consiguiendo resultados, se apreciaban faltas de automatismos (algo normal en un '11' con cinco jugadores nuevos) y muchos errores de entendimiento en pases al hueco y desmarques. Desde el medio del campo hacia arriba, Gerrard y Sturridge 'salvaban los muebles' y en defensa, las grandes actuaciones de Mignolet ocultaban en gran medida algunos errores cometidos por los mismos motivos, y porque Agger confía en exceso en su calidad individual, como le ocurre a otros grandes centrales de Europa, aunque desde aquí creemos que esa confianza no está asentada en argumentos suficientes.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, queríamos con esta entrada reflejar la doble cara de una moneda llamada Luis Suárez. Porque sí, el uruguayo es capaz de ser sancionado durante 10 partidos porque MORDIÓ (sí, sí, mordió) el brazo de un rival. Pero sin él, el Liverpool no tiene a nadie con la capacidad de retrasarse 20 metros, simplemente para devolver una pared, y después recuperarlos para acabar rematando o, incluso, tener la suficiente claridad de ideas para buscar al delantero posicional y ponerle un balón con garantías de éxito. Estamos hablando de un jugador que puedes perder media temporada por culpa de su inestablidad mental, pero que si está centrado, realiza la labor de dos o tres jugadores, como pudimos ver en el empate a 2 contra el Newcastle. La jugada del segundo gol es un reflejo de todo lo comentado. Uno de esos momentos que hacen que merezca la pena ver tanto fútbol.
En conclusión, consideramos que, al igual que otros miembros de la 'cofradía del cable cruzao', es curioso, interesante e incluso divertido verlo... cuando juega en otro equipo. Pero nunca lo ficharíamos para el nuestro. Si sólo va a estar disponible media temporada, nunca rentará lo que pueda aportar. Al igual que ocurre con los jugadores propensos a lesionarse, no consideramos óptimo contar con este tipo de jugadores. Aunque si los tienes en tu equipo, sabes que no lo venderías a cualquier precio.
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