lunes, 3 de febrero de 2014

MANOLO GABBIADINI. ¿POR QUÉ NO?



Manuel Gabbiadini es un delantero centro, pero de los que se cuentan con los dedos de una mano a lo largo de la historia del fútbol transalpino. Porque jugadores como Gilardino, Paloschi o Pazzini siempre ha habido y habrá en Italia. Futbolistas cuyo único cometido es controlar y disparar a puerta...o simplemente disparar. Pero entonces, ¿qué tipo de delantero es Gabbiadini?


A pesar de su corta carrera (22 años) ha pasado ya por 5 equipos: Atalanta, Cittadella, Atalanta de nuevo, Juventus, Bologna y Sampdoria. Y aunque en Atalanta destacó por su olfato de gol y su capacidad para generar crear peligro cerca del área rival, lo cierto es que, lo mejor de Manolo lo hemos visto en la Sampdoria. Hemos visto a un jugador con toda una carrera por delante y con la suficiente personalidad como para echarse a la espalda a un equipo de primer nivel en Italia que, si bien es cierto, hablar de 'primer nivel' en el fútbol italiano es, sin ningún género de dudas, un eufemismo. Dejémoslo, por no herir sensibilidades, en que está tirando del carro de un club perteneciente a la Serie A italiana, que también tiene mérito.

Y es que, si salimos de Juventus y Roma, a día de hoy, nadie es capaz de jugar al fútbol en el país transalpino. De hecho, las grandes dudas que podemos tener sobre Gabbiadini, Berardi, Immobile o Cerci van dirigidas en esa dirección. ¿Están triunfando porque están por encima de la media, o porque la media está por debajo de las capacidades de estos futbolistas? Esta es una duda irresoluble dado que, sin un punto de referencia, y en algo tan relativo como el fútbol, dónde no se es bueno o malo, se es mejor o peor, es imposible saber si estos jugadores podrían demostrar lo que dicen sus números en cualquier otra gran liga. Al final, pequeños detalles de intención y ejecución dentro del campo te pueden dar unas pequeñas pinceladas de por dónde pueden ir los tiros con cada uno de estos futbolistas. Y dentro de ese mundo tan sumamente subjetivo de la interpretación de una intención, que es en el que se mueven los más prestigiosos ojeadores del mundo, vamos a intentar asomarnos, como desde una pequeña ventana, para aventurarnos a decir si vemos en estos jugadores lo necesario para triunfar a un nivel mayor, con el correspondiente período de adaptación, por supuesto.

Pero centrémonos en Gabbiadini. Delantero centro, un '9 clásico' con cualidades para jugar más alejado del área. Es el atípico caso, de un jugador que no hace más de lo que vemos por mentalidad y no por falta de cualidades. Salvando las distancias, ver a Gabbiadini tirar las faltas en la Sampdoria es como cuando un aficionado del Barcelona vio a Yaya Toure tirarlas en el City. La frase de estupefacción es la misma:”Ah! Pero...¿tira faltas?”. Pues sí, y bastante bien a decir verdad. Y no sólo eso. Si tiene que tirar un recorte, lo tira. Si tiene que proteger el balón y salir de entre dos o tres jugadores, lo hace. La diferencia entre Gabbiadini y un regateador habitual es que no busca esas situaciones, más bien huye de ellas. Porque tiene mentalidad de '9'. Como cuando un central sube a rematar y tiene que hacer un control dentro del área o un remate acrobático. Bajo la presión de encontrarse en esa tesitura, se hace y punto. Pero no existe un afán por parte del futbolista de encontrarse en esas situaciones. Por este motivo hablamos de un '9 clásico' de mentalidad con calidad para más. Porque cuando tiene que hacer algo que se salga del rol asumido, lo hace con garantías, casi totales, de éxito. Llegando incluso a generar en la grada esa sensación de querer verlo más, de pedirle que busque al rival. Pero ese no es su juego. Manolo sabe lo que quiere, sabe cuales son sus mayores virtudes, y no pierde el tiempo ni la resistencia en batallas para las que, estando preparado para ganarlas, igual tampoco saca tanto de positivo como si las tuviese en su sitio, dónde de verdad hace daño.



A nivel aficionado, desde la grada, se trata de ese tipo de jugador que es constantemente criticado por mostrar que puede hacer más mientras se está ciñendo a desempeñar una única función. A nivel táctico, desde el punto de vista de un entrenador, son éste tipo de jugadores en los que acabas depositando más confianza, precisamente porque se limitan a hacer lo que mejor saben. La grada suele enloquecer con carreras de 70 metros detrás de un rival (desde la posición de extremo izquierdo hasta la de lateral derecho) para recuperar un balón. Pero ese tipo de actitudes, a la hora de planificar un partido, son bastante perjudiciales. Un ejemplo claro de esta alocada forma de jugar es Ángel Di María. Si el extremo argentino intentase centrarse un poco más en lo que se le requiere por posición en vez de intentar hacerlo todo a la vez, sería muchísimo mejor jugador, un auténtico puñal por la banda. En este sentido, me parece muy curioso que la expresión más frecuente sea: "Es normal, no ha llegado a ese balón porque se ha hecho un sprint de 50 metros", disculpando al jugador por no llegar al balón, cuando la forma más lógica de reaccionar debería ser: "¿Por qué te has pegado una cabalgada de 50 metros sin opción de sacar más que cansancio acumulado?" Pero, como ya es bien sabido, el populacho quiere ver correr a los jugadores como si fuesen a ir a las olimpiadas. Señores, el fútbol no es eso. Desde aquí criticamos a los que teniendo toque no quieren correr,y a los que corren como 'pollo sin cabeza' desajustando las tácticas diseñadas por el preparador. Y este es el principal aporte de Gabbiadini a un equipo. No gasta energías, ni más ni menos que en lo que las tiene que gastar. Y jugadores de éste tipo hay muy pocos. 

En conclusión, se trata de un futbolista con mucho gol, capacidad de posicionamiento y técnica suficiente para salir de situaciones ajenas a su posición, aunque por su forma de entender el fútbol y sus posibles aportes, intenta siempre buscar la zona dónde pueda dar lo máximo, en lugar de dar el máximo en la posición en la que esté. Se diferencia del típico delantero italiano 'ratón de área' en que puede salir de ella sin desentonar, aunque por su formación futbolística no sea lo que más cómodo le resulte dentro del campo. Porque habrá posiciones en las que dar el mayor rendimiento que pueda, no va a ser suficiente. Por todos estos argumentos, vemos en Gabbiadini a un serio candidato para acudir a la cita de junio en Brasil con la azzurra. Si bien no como titular, si como una bala distinta a las demás en la recámara. Una vez más, esperamos que os guste, que comentéis (tanto aquí, como a través de nuestra cuenta de Twitter @futbolcrash) y, como siempre, GRACIAS.

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