Goodison Park. 18:30. Empieza el, para nosotros, partido de la jornada en la BPL. Los de Roberto Martínez buscan en casa confirmar las buenas sensaciones generadas en las tres primeras jornadas, pero que no sirvieron para sumar más de un punto por partido. Con los ojos puestos en Ross Barkley (al que ya dedicamos una entrada, en su momento, en la sección de Jóvenes promesas), Gareth Barry, recién llegado desde Manchester, y por saber cual de los dos cogía los galones dejados por Fellaini.
Por parte del Chelsea, lo que más nos interesaba era ver a Eto'o con su nuevo equipo y con ganas de ver hasta que punto, los de Mourinho, ceden la posesión y el control del balón al rival buscando la sorpresa de las contras, o, por el contrario, buscaba un mayor dominio sobre un rival, a priori, con menos capacidad organizativa y combinativa.
Con estas perspectivas, empezó el partido. Y la primera parte fue, en lineas generales, propiedad absoluta del Chelsea...y se fueron al descanso perdiendo. Y es que la falta de gol del equipo londinense es preocupante. Samuel Eto'o necesita muchos más minutos para acercarse al delantero letal que fue, y ninguno de la linea de tres que ha empezado el partido por detrás del camerunés ha tenido su día. Ni Mata, ni Hazard, ni Schürrle. Gracias a la movilidad de los cuatro, el Chelsea ha generado mucho fútbol, pero ninguno ha tenido la paciencia o el criterio suficiente para batir a Tim Howard. Y el Everton, mientras tanto, con muchas dudas ante la ausencia de Fellaini. Aunque parece que el tridente Osman-Barry-Barkley (con éste último, por delante de los otros dos) tiene muchos visos de acabar siendo muy interesante, la realidad es, que a día de hoy, falta comunicación.
En resumen, un Chelsea dominador, pero sin pegada, y un Everton sin mucha capacidad para generar ocasiones pero que la única que tuvo (minuto 46'), entró. Asistencia de Jelavic, gol de Naismith. Con un despiste defensivo por parte de Terry y David Luiz importante. El pase de Jelavic a Naismith se produce con ambos jugadores dentro del área pequeña, sin estar ninguno de los dos en fuera de juego y sin nadie que los marcase ni de lejos.
La segunda parte más de lo mismo. Cada minuto que pasaba, el Everton estaba más encerrado en su campo, y el Chelsea, por si fuera poco, con cada vez más jugadores en el área rival, debió de haberse quedado con uno menos tras la falta realizada por David Luiz a Mirallas en la que, el suizo, se quedaba sólo delante de Cech. En esta ocasión, el árbitro debió interpretar que, al ser un lance en el centro del campo, no se trataba de ocasión manifiesta de gol, pero, el error está en que, tras David Luiz, sólo quedaba Cech, y eso, aunque haya 45 metros de por medio, es una ocasión manifiesta de gol. Y más aún si el delantero es, claramente, más rápido que le defensor. Salvo esto y una falta lanzada por Leighton Baines a la cruceta, el partido murió con la presión de los londinenses sobre los toffees. Ni las entradas al campo de Torres, Oscar y Lampard consiguieron romper la defensa de los de Liverpool. Y ahí acabó todo.
En nuestra opinión, el Everton ha tenido, en éste partido, toda la suerte que tan esquiva les fue en las tres primeras jornadas de liga. El Chelsea mereció más, pero nos preocupa, cada vez más, la falta de gol de Los Blues.
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