Fran Yeste nace el 6 de diciembre de 1979 en Basauri, Vizcaya. Siempre ligado al club de sus amores, el Athletic. Canterano 100%. Ya desde el Basconia daba señales de ser un mago del esférico con un golpeo de balón que ya quisieran muchos delanteros, un carácter digno de un líder y una forma física envidiable.
Estas virtudes le valen el pase al filial del Athletic en la 1998-99, donde alterna actuaciones con el primer equipo a partir del 7 de febrero, cuando debuta contra el Racing. Al año siguiente ya es jugador oficial del Athletic Club de Bilbao.
Yeste deslumbra con su juego en 'La Catedral'. Empieza jugando pegado a la banda izquierda, de extremo fino, "¡¡Como juega este chaval, es alucinante!!" decía el gran 'rey león', Julen Guerrero. Poco a poco y con su recital de pases va centrando su posición hasta la mediapunta. Aquí es donde se ve al mejor Yeste. Un jugador desequilibrante con el balón en los pies, agresivo sin él y la pesadilla de los porteros que sufren sus disparos de media distancia y los soberbios golpeos de balón en los libres directos. Yeste triunfa, pero con esta fama, se empieza a cocinar el calvo de cultivo de su perdición. Se habla de un jugador fiestero y poco profesional. Conocidas eran sus 'juergas', con su inseparable amigo Asier del Horno y a los que llamaban 'Zipi y Zape', por todo Vizcaya. Lo único mas habitual que sus fiestas, eran los cambios de 'look' del Vizcaíno.
Poco a poco se empieza a convertir en un futbolista 'figurín', poco agresivo y vago, y un personaje muy controvertido. A la gente le empieza a disgustar Yeste. Estos problemas y la constante imagen en ebullición le cuestan el no debutar nunca con la absoluta. Llegó a ir convocado por Luis Aragonés, pero no debutó. Lo que no sabía 'El Mago de Basauri' es que esa sería su primera y última convocatoria para la absoluta. Los problemas que tuviesen el 'Profesor' y Yeste quedarán para siempre en su intimidad.
En 2010 finaliza su contrato y se desvincula del club rojiblanco, para tristeza de unos y alegría de otros. Con 352 partidos, 59 goles y más de 100 pases de gol, se ponía fin a la trayectoria del que estaba llamado a ser la nueva perla bilbaína. Con muchísimas ofertas de equipos de primer nivel, inexplicablemente desde el punto de vista futbolístico pero muy comprensible desde el punto de vista monetario, se decanta por el Al Wals de Dubai. Ya conocemos al nuevo Yeste y por eso su decisión tampoco sorprende mucho. Dos temporadas y un sueldazo es lo que eligió.
Yeste, haciendo gala a su nueva fama de niño grande y caprichoso, se aburre, pide salir y se va al Olympiakos en 2011 para reencontrarse con dos viejos conocidos, uno más que conocido, amigo. Ernesto Valverde, como entrenador, y Pablo Orbaiz, como jugador, intentan resucitar a Yeste arropándole y dándole ánimos, pero es en vano. La calidad permanece pero el espíritu se ha ido. Yeste no está y no va a volver. A mitad de temporada el club griego rescinde su contrato por su bajo rendimiento.
Yeste vuelve a EAU en 2012, al Bayinas SC, donde tras seguir con su particular caída libre, no se le ha renovado para 2013 quedando como jugador sin club. Es un agente libre llevado por Isma Urzaiz.
Fran Yeste es el ejemplo perfecto de lo que la poca profesionalidad puede hacerle al talento innato. Un jugador que se dejó ir hasta no ser nada. Cuando hablamos de esto pensamos, casi siempre, en brasileños, pero Yeste de brasileño tiene poco. Magnífico ejemplo para recordar que los futbolistas jóvenes, y me vienen a la mente casos como los de Jesé, Kiko Femenía, Jonathan Dos Santos o Isaac Cuenca entre otros, además de un entrenador, necesitan un tutor.
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