Cuatro años estuvo Ricardo Izecson Dos Santos, Kaká, esperando para volver a Milan. Con el 22 a la espalda y el aliento de sus nuevos compañeros el mediapunta no defraudó, enseñó lo que esperabamos: absolutamente nada.
A priori, Kaka no podía ser mas feliz. 'Borraremos cuatro años en dos semanas' debió pensar. Lo que nunca imaginó el brasileño es que el sueño empezaría a tomar tintes de pesadilla. Mal primer partido en Turín ante un valiente Torino, en el que los rossoneri rescataron un punto en el 96', y Kaká lesionado. Una lesión que mantendrá al balon de oro alejado de los terrenos de juego un mes con lo que eso conlleva (cinco fechas de la Serie A y al menos dos de Champions).
Esto ocurría el sábado, y ya lo dice el refrán: "Cuando las barbas de tu vecino veas cortar...".Ahí encontramos a la Fiore el domingo. El empate de la Juve con el Inter y el hecho de que la Roma no jugase hasta el lunes les dejaba en una posición maravillosa para ponerse co-líderes junto al Napoles. Un partido que había que ganar contra el Caglari.
Al final empate a uno. Las buenas noticias para la Fiore podrían ser el buen debut de Joaquín y el grandísimo estado de forma de Borja Valero, autor del gol del equipo local por cierto. El problema viene cuando estas buenas noticias se ven ensombrecidas por las malas. La Fiore pierde a Cuadrado por lesión y a Pizarro por expulsión, el empate de Pinilla se produjo en el 89' y Mario Gomez, jugador para el que no hay sustituto, tiene lesión para tres meses. En el minuto 50' de partido el delantero hispano-suizo encaraba al portero del Cagliari y al regatear hacia fuera la rodilla hizo crack. Esguince y los ligamentos tocados.
Largas lesiones para dos jugadores a los que su retiro italiano se les está complicando más de lo que pensaban.
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