Esta es una pregunta que nos llevamos haciendo todos los aficionados al fútbol cada fin de semana desde que empezó la liga. Bien es cierto, que con 7 jornadas de liga disputadas, es un poco prematuro hablar de quién está jugando o quién no. La temporada no ha hecho más que empezar. Pero el motivo de este post va más allá. El concepto que queremos criticar desde aquí y que por desgracia está cada día más extendido en nuestro fútbol, es el de la falsa jerarquía.
Es cierto, no nos vamos a engañar, que existe (y debe existir) una jerarquía en el mundo del fútbol. Pero bien entendida. La muestra de que no se ha entendido correctamente es hablar, por ejemplo, de doble vara de medir con el caso de Iker Casillas y el de Raúl, Maldini o Metzelder. Eso denota tener una estructura jerárquica equivocada. Porque, o por lo menos un humilde servidor, sólo pidió que Raúl fuese con la selección para ser titular en su año del Schalke 04, por delante de jugadores de bastante menor nivel como Sergio García o Daniel Güiza. Pero si no juegas en tu equipo, obviamente, no debes jugar en la selección. Y es, única y exclusivamente, un número 'X' (siempre superior a las 3 cifras) de partidos con la absoluta los que deberían otorgarte el privilegio de asistir, jueges o no en tu equipo, a las competiciones internacionales. Sólo la experiencia que puedas aportar, es valiosísima. Pero de ahí a ser titular indiscutible sin posibilidad de cambio, va un mundo. Porque deber ser duro estar en la piel de, por ejemplo, David De Gea. Peor aún es si pensamos en Guaita o Diego López. Porque De Gea tiene aún la esperanza de que Iker se retire, pero estos dos porterazos han perdido sus dos años de esplendor, en los que nadie duda que podían haber defendido la camista nacional, por culpa de la meritocracia. Ésta, puede ser válida (dependiendo de los méritos) para ser miembro de una plantilla, pero no debe llegar a marcar si un jugador debe ser indicutible en su posición, porque entonces si que podremos decir que las canteras no tienen sentido. Además, somos el único país de los 8 campeones del mundo que justificamos todo lo malo de aquellos 23 jugadores porque nos dieron un mundial. ¿Que Casillas mete la pata?-Ya, pero nos dio un mundial. ¿Que Torres no juega a nada?-Ya, pero nos dio un mundial. ¿Que Puyol no está ya para jugar al fútbol?-Ya, pero nos dio un mundial. Señoras y señores, siento anunciarles, que así no son las cosas. Que desde que Italia o Brasil ganaron el primer mundial se les exige ganar el siguiente. Que si Alemania no llega a semifinales de mundial o eurocopa, ruedan cabezas. El mejor ejemplo el de Francia. El marrón con el que lidian los que, actualmente, son internacionales es el de tener que convivir con la sombra de Zidane, Djorkaeff, Henry y compañía. Pero nosotros, no. Nosotros tenemos lo que hay que tener para plantarnos en Maracaná en un partido oficial contra Brasil pensando que vamos a ganar sin bajarnos del autobús. Porque tenemos una estrella. Como si fuera un 'pase VIP' para ganar partidos. Y si nos meten cuatro goles como cuatro soles, como hizo Argentina en el primer amistoso tras ganar la copa del mundo, ¿existe mejor manera de estrenar una estrella? quedamos en ridículo a los ojos del mundo del fútbol. Inaceptable.
Todo esto es fruto de ese concepto erróneo de jerarquía, insisto.
Y, ¿por qué una entrada que lleva por título a Jesé tiene un párrafo entero sobre la selección española? porque es el mismo concepto. El señor Karim Benzema es cambiado entre abucheos del público tras meter un gol que, al final, supondría la victoria, para que entre al campo AM21. Porque, por los aplausos recibidos en el aquel cambio, habría jurado que al campo estaba saltando un futbolista que era tres veces Balón de Oro que nos había dado cuatro Copas de Europa. Pero era Morata. ¿Por qué Morata?¿Qué méritos ha hecho este joven jugador para ser tratado como un estrella del primer equipo del Real Madrid? Muy fácil: Llegar el primero. Punto. Esto hay que cortarlo de raíz. Aunque sabemos que, tras los dos post en los que hablamos de Morata, pueda parecer que se nos haya 'atravesado', nada más lejos de la realidad. Precisamente buscamos concienciar al aficionado del peligro que existe de truncar la carrera de un jugador que apunta maneras, al provocar que se crea una estrella sin motivación. Porque, seamos sinceros, por muy amueblada que tengas la cabeza, si el Bernabeu te brinda semejantes ovaciones cada vez que sales al campo, te lo crees. Si no a la primera, antes o después, acabas cayendo, inevitablemente, en el error de colocar tu ego por encima de tu realidad. Esta misma intención de proteger al futbolista estaríamos haciendo si en vez de Morata, estuviese jugando Jesé. Porque tampoco nos parece de recibo que el conjunto blanco se haya bajado los pantalones ante las exigencias de un jugador...¡¡¡del Castilla!!!. No digo que no hubiese hecho méritos para tener una oportunidad en el primer equipo, pero nunca le habría quitado la ficha del segundo. Porque una motivación tiene siempre dos factores, consecuencias buenas por estar haciendo lo correcto, y malas por lo opuesto. Al quitarle la ficha del Castilla, Jesé, Morata y Nacho, saben que, por lo menos un año entero, van a estar en el primer equipo del Real Madrid, sin posibilidad de bajar al Castilla. Medida bastante contraproducente en nuestra opinión a nivel psicológico.
Y no va más, no vamos a seguir pedaleando en el aire, porque no hay un sólo argumento táctico o futbolístico que explique el porqué de la presencia de Morata en las rotaciones por delante de Jesé Rodriguez. Porque todo los logros de Morata los ha superado Jesé. No le busquen más vueltas. Es la misma historia de Casillas y Valdés. Casillas llegó primero al más alto nivel y, por tanto, Valdés no juega. Aún así, por lo menos, Casillas ha hecho méritos para que haya debate. Porque lo de Morata es un giro de tuerca más.Sus únicos méritos son tres goles con la sub-21 (Jesé es el máximo goleador de la sub-20 mejorando los registros de Morata) en el último europeo y dos con el primer equipo el año pasado. Ha llegado primero y es el que juega, no hay más.
Así, con este sistema jerárquico, en el que juega el primero que llega, es un paso más allá en una errónea dirección que empezó con la meritocracia, antes mencionada, acabando, como siempre, haciendo ridículos por el mundo (hasta que llega un entrenador que lo quita, en muchos casos, por motivos también extradeportivos, que también es de traca.). O cambiamos todo esto o "vamos de cráneo".
Dicho ésto, no queríamos acabar la entrada sin aclarar un último punto. JESÉ RODRIGUEZ NO ES CRISTIANO RONALDO. Basta ya de decir que Jesé no juega porque está Cristiano. Lo que más me impresiona es ver como, gente que se jacta de seguir al Real Madrid Castilla, sigue 'erre que erre' con la cantinela de que ése es el motivo de su falta de minutos. Porque los que hemos visto al Castilla, sabemos que Jesé jugaba, dentro del 4-3-3 de Toril, en el carril central de la última linea. Como delantero centro. Y, ¿quién jugaba, precisamente, en la banda izquierda (posición de Cristiano en el primer equipo)? Álvaro Morata. Tanto es así, que la presencia Morata en el primer equipo con asiduidad desde el comienzo de la temporada pasada, dio la posibilidad de consolidarse en la banda izquierda del filial a Denis Cheryshev (actualmente cedido en el Sevilla) demostrando que tiene sitio en primera división (aunque hablar de que lo tenga en el Real Madrid, es otro cantar. Habrá que esperar y verlo). Denis, apenas jugó con Morata en el campo, y junto a Jesé, demostró su potencial.
Que el jugador canario tenga movimientos, a la hora de regatear y correr, parecidos a Cristiano, no quiere decir que juegue en la misma posición. Si se ve a Diego Capel correr(sobre todo en su etapa del Sevilla, cuando llevaba el pelo largo) por ejemplo, parece Michel Salgado hace 15 años. Y nadie en su sano juicio lo pondría de lateral derecho. Cristiano es extremo, Jesé delantero.
Y, en resumidas cuentas, éstos son los motivos por los que no juega Jesé. Por desgracia, no hemos encontrado ninguno, puramente, futbolístico. Sólo errores jerárquicos y errores a la hora de colocar, posicionalmente a un jugador. ¡Ah!y, por supuesto, tener un entrenador que decide poner en el campo a los jugadores que la televisión quiere ver, tampoco ayuda mucho, la verdad. Porque si, por lo menos, pusiese a los jugadores que, los que pagan por ir al campo quieren ver, se podría entender.
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