Tras una nueva lesión muscular de Leo Messi, queremos plantear un debate: ¿es necesario forzar a las estrellas en equipos que están planificados para no hacerlo?
El pasado 10 de Noviembre, en el estadio Benito Villamarín, Lionel Messi sufría una nueva lesión muscular en el bíceps femoral. Acumula cuatro en el derecho y cinco en el izquierdo desde 2006. Parece claro que este es el punto débil del astro argentino, pero el dato que más nos sorprende es cómo se han sucedido este tipo de lesiones.
En primer lugar nos gustaría destacar que hasta la llegada de Pep Guardiola, Leo había sufrido seis lesiones musculares, y desde su marcha acumula cuatro en tan sólo dos camapañas. A lo largo de las cuatro campañas que coincidió con el actual entrenador del Bayern, Messi sólo sufrió una lesión causada por una entrada criminal de Tomas Ujfalusi que se saldó con quince días en el dique seco pero que no trajo mayores consecuencias.
No sabemos cómo influía el entrenador de Sampedor en los hábitos del jugador culé, pero está claro que esto no puede ser casualidad. Un trato de especial cariño hacia su mejor jugador y un consentimiento de todo lo que solicitaba parecía suficiente para mantener a Messi feliz y en un ambiente tan favorable siempre se entrena mejor.
Un motivo de este bajón puede ser la llegada de Neymar, una nueva estrella que puede hacer sombra al jugador argentino. La parte positiva para el jugador brasileño es que no ocupa exactamente la misma posición de Messi. Neymar es un jugador que cae mucho más a banda y que no aparece mucho por la zona central. Todos sabemos lo que ocurre cuando Messi no se siente cómodo con un jugador.
Por último queremos señalar el fútbol más físico que desempeña este Barcelona. Un estilo en el que se ha recuperado una gran intensidad defensiva y en el que los jugadores de ataque intervienen más en labores de contención de lo que lo hacían antes.
Pero teniendo en cuenta todos estos motivos que puede que afecten de forma clara en el físico de algunos jugadores, no creemos que sea necesario que se arriesgue con jugadores que pueden llegar a ser tan determinantes en otras fases de la temporada. Messi tiene dos meses para recuperarse de una lesión que le puede llevar por la calle de la amargura y queremos volver a disfrutar de su fútbol en los terrenos de juego.
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