Últimamente se ha hablado mucho de que, ante la imposibilidad de que Diego recale en el Atletico de Madrid, el elegido para formar parte del club rojiblanco fuese el francés Yohann Gourcuff. Finalmente no fue así. Aún así, aquí nos entró la curiosidad de saber que ha ocurrido con el jugador galo. Un futbolista del que se llegó a decir que era el heredero de Zidane.
Tras deslumbrar en el Rennes, se lo llevó, siendo aún muy joven, el Milan. Dos años complicados, compartía posicion con el mejor Kaká, desembocaron en la salida dirección Burdeos. El Burdeos habia incorporado al que ya se empezaba a conocer como 'Le Petit Zidane'.
Dos años espectaculares en el equipo del suroeste de Francia junto a Chamakh rematados con la participación en Champions. Gourcuff disfrutaba jugando y en el ex-equipo del gran Zidane. Las comparaciones eran inevitables. La gente empezó a ver en esa dupla letal (Chamakh-Gourcuff) a ese tándem que tantas alegrías les dio en el pasado (Dugarry-Zizou).
Los grandes llamaban a las puertas y la dupla se rompió. Mientras que el marroquí puso rumbo al Emirates Stadium, el francés se hizo las maletas y con paso firme puso dirección Lyon.
Tras el follón de la selección del gallo en el mundial 2010, donde Gourcuff cobró por todas partes (afición, compañeros y prensa) empieza la que, probablemente, sea la peor temporada hasta el momento del mediapunta. Se suceden partidos insípidos, fallos poco habituales y largas suplencias. En un equipo como el Lyon, donde la cantera aprieta, no te puedes dormir.
Con el tiempo, Gourcuff ha ido haciendo buenos partidos pero ya sumido en una irregularidad escandalosa. El galo tiene calidad y él lo sabe, de ahí los pequeños destellos que le han devuelto la titularidad. Guorcuff quiere, pero la irregularidad y la desconfianza, adquiridas despues del follón, particularmente con Evrà, del 2010, le matan.
Los que hemos presenciado su progresión hasta 2010 seguimos creyendo en él, pero Chamakh, al que por separado tampoco le ha ido bien (suplente en el Crystal Palace), ya no está, ni estará. La edad empieza a ser un handicap para Gourcuff también, ya son 27 primaveras. Las balas se le van acabando y no acaba de volver.
En nuestra opinión es un jugador que ha desaparecido por ser sumamente emocional. Su estado de animo se traslada al campo hasta puntos insospechados. Sólo juega bien si esta feliz, y desde su salida del Burdeos, no lo está.
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